lunes, 19 de octubre de 2009

Consejo Popular “La Plazuela”
Espíritu de Victorias
Elder Miguel Leyva Almaguer/¡ahora!.
elder@ahora.cu

Para los vecinos del Consejo Popular “La Plazuela”, en el municipio de Sagua de Tánamo, la furia de los vientos del huracán Ike dejó un sabor amargo. Contemplar al día siguiente 425 viviendas afectadas fue difícil, sin embargo, los residentes de esa zona montañosa comenzaron de inmediato la recuperación.
Carlos Manuel Viñalls Cuba, presidente del Consejo Popular, se reunió con los afectados para brindarle la ayuda necesaria y al frente de los vecinos formó las cuatros brigadas que hacían falta para iniciar las labores de recuperación. Según estableció el Consejo de Defensa Municipal el trabajo debía comenzar por prioridades de acuerdo a la cantidad de materiales asignados, para socorrer a los que sufrieron los mayores prejuicios.
De las viviendas dañadas por el ciclón, 220 fueron perjudicados parcialmente, 24 desplome total y 181 derrumbe parcial. “El trabajo serio y responsable realizado por las comisiones, permitió no olvidar a nadie, por muy pequeño que fuese el daño” puntualiza Carlos Manuel.
“La unidad entre los vecinos primo en todo momento- significa Viñall -de inmediato aparecieron carpinteros, albañiles, plomeros, soldadores y electricistas, que dieron la posibilidad de comenzar la restauración de los daños sin perdida de tiempo.
“Un ejemplo digno de la cooperación es Ángel Fernández Oquendo, un delegado de 68 años. A pesar de su edad, lo vimos subido en los techos de las viviendas, poniendo tejas y en la carpintería, albañilería y cualquier cosa que hiciera falta, sin cobrar un medio”.
Lo sucedido en el territorio holguinero y en particular el municipio de Sagua de Tánamo, muestra que no hay tarea difícil para el pueblo cubano. Hasta el momento el 82 por ciento de las viviendas perjudicas han sido recuperadas, pues los vecinos de “La Plazuela” no se amilanaron ante las adversidades de la naturaleza y las enfrentaron con espíritu de combate y de victoria.

martes, 13 de octubre de 2009

SATISFECHOS DE SU LABOR

Elder Miguel Leyva Almaguer/Ahora/.
elder@ahora.cu
Sara se siente satisfecha que al llegar a la recepción de la Policlínica Universitaria José Fernández Ardert de Sagua de Tánamo, la recepcionista le de los buenos y le indique el lugar donde un especialista le puede tratar la enfermedad que padece.

Ese es una de las cualidades más distintivas de los trabajadores de este centro asistencial que hace honor a la categoría de Colectivo Moral, otorgada por el pueblo, como máximo reconocimiento a la calidad de los servicios médicos y resolutividad de las acciones de salud.
Esta unidad tras su ampliación aumentó a 25 el número de servicios y a 12 la cantidad de especialidades médicas, lo cual posibilita a los vecinos de la zona recibir una atención más amplia sin necesidad de trasladarse hacia otros municipios o la capital provincial.
También para reforzar los servicios la policlínica ha encaminado su labor fundamental a proteger el funcionamiento estable de los consultorios médicos y elevar los resultados de la asistencia médica en las comunidades.
Con ese objetivo se reorganizaron los servicios en los consultorios de Tipo uno y dos, de manera que en cada local esté atendido por el médico o la enfermera. Han establecido un sistema de encuestas a nivel de comunidad para conocer el nivel de satisfacción de la población.
En los 25 servicios y 12 especialidades que se prestan a los residentes de la zona, es para los directivos del centro y los trabajadores, que los médicos, enfermeras y personal paramédico. Mantengan una actitud de vanguardia en la eficiencia y calidad en los servicios.
El trabajo abnegado de estos trabajadores de la Salud no se queda ahí: Su aspiración es mucho mayor: lograr la Excelencia en la prestación de la asistencia médica.
La licenciada Marjoris Sánchez Núñez, directora general de la policlínica, explicó que los trabajadores reconocen la alta responsabilidad que tienen en la prevención y cura de enfermedades, pero como programa más priorizado define al Materno Infantil.
Los 866 hombres y mujeres de batas blancas de las montañas sagüeras, se sienten satisfechos de la labor desempeñada, lo cual repercute favorablemente en la comunidad donde además de salud reparten solidaridad y amor.